¿Qué es (y qué no es) innovación?
- JosĆ© MarĆa Zamoro
- 16 ene 2014
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 sept 2021

Tendemos a asociar la innovación con productos y tecnologĆa y, efectivamente, ese es uno de los campos en el que las nuevas soluciones saltan mĆ”s a la vista. Pero la innovación va mucho mĆ”s allĆ”.
Se puede innovar en procesos y operaciones, en modelos de negocio y hasta en estrategia. De hecho, la primera empresa espaƱola que apareció en el ranking de las 50 mĆ”s innovadoras del mundo elaborado por BCG/Businessweek, fue Inditex. Y no por su tecnologĆa āque tambiĆ©n- sino por su capacidad para cambiar con notable Ć©xito la manera de diseƱar, fabricar, distribuir y vender en un sector tan maduro como el del textil y de la moda. Entonces, Āæa quĆ© nos referimos cuando hablamos de innovación?
QuizĆ”s sea mĆ”s fĆ”cil empezar diciendo quĆ© no es innovar: no es necesariamente hallar algo nuevo, algo que no ha existido nunca antes. Eso es descubrir o inventar y, aunque tambiĆ©n son procesos que dan como resultado algo desconocido hasta la fecha -de hecho, tambiĆ©n se la denomina innovación radical o disruptiva-, no responde al concepto de innovación tal y como lo entendemos actualmente. Tampoco es hacer investigación pura, proceso que transforma dinero en conocimiento sin que todavĆa sepamos para quĆ© podrĆ” servir hasta que se desarrolle.
Innovar es dar respuesta a un problema u oportunidad con elementos que, articulados de forma diferente, aportan mƔs y/o cuestan menos
Innovar es dar respuesta a un problema u oportunidad con elementos que ya existen y que, articulados de forma diferente, aportan algo con mÔs valor para el cliente (externo o interno) y cuesta menos. De forma inversa al caso de la investigación pura, la innovación es un proceso que transforma conocimiento en dinero.
Visto asà se comprende mejor que la innovación no estÔ limitada a productos y servicios sino que es extrapolable a cualquier Ômbito en el que, en base a la experiencia y los conocimientos acumulados en la organización, logremos dar mÔs por el mismo precio o lo mismo, pero mucho mÔs barato. Idealmente, innovar es encontrar la manera de servir a nuestro cliente algo que le satisfaga mÔs y a un coste inferior.
La segunda forma de definir la innovación, como proceso que logra transformar conocimiento en dinero y que denominamos incremental, nos pone en la pista de dónde estÔn sus fuentes: en las personas que, en base a su experiencia, pueden aportar ideas para atender una demanda del mercado, crear una nueva o resolver de forma mÔs eficiente problemas a los que venimos dando soluciones mÔs caras o complejas.
Y para hacerlo ĀæquiĆ©n mejor que aquellos que estĆ”n mĆ”s cerca de el problema?, aquellos que viven dĆa a dĆa la forma de hacer de la empresa y que disponen del know how y del espĆritu crĆtico para estar permanentemente buscando una alternativa mejor. La innovación es, por tanto, un esfuerzo que implica a todas las personas de la organización.
De igual forma que hace 30 aƱos se institucionalizó la cultura de la calidad total, hoy las empresas promueven la cultura de la innovación en todos los niveles de la compaƱĆa
La innovación no es algo desconocido para las empresas. Desde siempre se ha innovado, si bien ha venido siendo una actividad restringida a departamentos especializados āI+D o desarrollo de productoā y que dejaba fuera al resto de la organización. TambiĆ©n es verdad que se ha hecho a impulsos, bien porque apretaba la necesidad o cuando se daban un conjunto de circunstancias favorables.
Actualmente las empresas han descubierto el valor la innovación en todas sus Ć”reas y, de igual forma que hace 30 aƱos se descubrió el potencial de la calidad extendida al conjunto de la organización y se institucionalizó la cultura de calidad total, hoy las empresas tratan de institucionalizar los procesos para innovar, promoviendo su cultura a todos los niveles de la compaƱĆa.
No en vano empieza a ser frecuente encontrar la innovación en la lista de competencias generales de muchas empresas, tal y como se requiere la capacidad de trabajar en equipo o estar orientado al cliente para todas las personas que trabajan en ellas.
Vemos pues que hay dos vĆas para implantar la innovación en las empresas: una, a travĆ©s de la puesta en marcha de sistemas de gestión de la I+D+i para la recogida y selección de ideas que puedan dar lugar a futuros proyectos de innovación y, dos, mediante los programas de desarrollo de la competencia promovidos por los departamentos de RR.HH. que aportan a la plantilla las capacidades creativas necesarias para generar ideas innovadoras.
Ambas vĆas confluyen y se complementan, pues de nada sirve disponer de un sistema de gestión de la innovación si no se favorece la generación de ideas que lo alimenten, ni serĆa Ćŗtil fomentar la aparición de ideas innovadoras sin un sistema que permita gestionarlas adecuadamente.