Aprender economía es como aprender un idioma; La forma más eficaz es seguir el método de los niños cuando aprenden su lengua materna: comenzar despacio y ver una misma idea en múltiples contextos, en lugar de lidiar con complejas estructuras gramaticales y tiempos verbales. Ésta es la principal tesis de Robert Frank, autor de “El economista naturalista”.
Los conceptos económicos sacados de su contexto son difíciles de entender, por eso es importante visualizarlos en ejemplos extraídos de situaciones conocidas
Este economista, catedrático de Administración de Empresas en la Universidad de Cornell y colaborador en la sección de Economía del New York Times, llegó a esta conclusión después de comprobar, durante su primer año como profesor en la universidad, el escaso nivel de recuerdo de la materia por parte de sus alumnos una vez aprobados los exámenes. Interesado en incrementar el nivel de motivación de sus estudiantes se inspiró en la labor de los biólogos para cambiar completamente el enfoque de sus clases.
Los biólogos realizan una labor de campo y observación directa de la naturaleza (de ahí el título de “El economista naturalista”) que permite confirmar principios de la evolución y supervivencia de las especies. El discurso biológico es interesante, coherente y parece válido. El relato es fácil de recordar y narrar a otras personas y lo mismo ocurre con las explicaciones narrativas de los principios económicos.
Robert Frank, a partir de situaciones reales, quiere inculcar en el lector eso que se llama “mentalidad económica”. Para conseguirlo utiliza como sistema hacer muchas preguntas concretas, tan sugerentes como ¿por qué los paquetes de leche son rectangulares y las latas de refresco cilíndricas?, ¿por qué los abogados gastan más en ropa que los catedráticos de universidad que ganan lo mismo? o ¿por qué despedir al jefe de una organización que obtiene malos resultados es una medida engañosamente seductora para los responsables de la empresa?
Estos enigmas de la vida cotidiana permiten introducir conceptos económicos básicos como la relación coste-beneficio, la dinámica de la oferta y la demanda o la interpretación de las señales del mercado. A través de historias, nos hace pensar y demuestra que los principios de economía desempeñan un papel determinante y sorprendente en nuestro día a día.
La facultad de narrar nos ha acompañado a lo largo de la evolución de la especie humana. Walter Doyle, defensor de la teoría narrativa del aprendizaje, explica que la tesis fundamental de la perspectiva narrativa es que todos los seres humanos tienen una predisposición inherente a historiar su experiencia.
De hecho, es una habilidad que desarrollamos desde la más tierna infancia. El psicólogo Jerome Brumer señala que los niños convierten las cosas en historias y cuando intentan entender su vida, parten de una versión historiada de su experiencia. Si no confieren una estructura narrativa a lo que captan, no lo recuerdan bien y, al parecer, no pueden acceder a ellos en las siguientes fases de reflexión.
La especialidad del cerebro humano es asimilar información en forma narrativa
En un contexto como el actual, donde existe una clara saturación de información, se habla del Storytelling como una de las técnicas a seguir para conseguir un mayor impacto en la comunicación empresarial, aplicada a diferentes áreas de la empresa.
Aunque se ha implantado de manera más exhaustiva en el campo de la comunicación y el marketing, su aplicación se extiende al campo de la economía y las finanzas, donde es necesario asegurar que el mensaje llega a la audiencia, es comprendido, recordado y los trabajadores lo pueden aplicar a su día a día.
La formación en economía y finanzas adolece de un excesivo formalismo. A menudo se bombardea a los alumnos con fórmulas, ecuaciones y gráficas. Y si bien el formalismo matemático ha desempeñado un importante papel en el progreso intelectual de la economía, no ha demostrado ser un vehículo eficaz para iniciar a los estudiantes en la materia. Dedican tanto esfuerzo a comprender y memorizar los detalles matemáticos, que se les escapan las ideas de fondo.
Las historias generan mayor conexión emocional. El uso del Storytelling permite conectar con los destinatarios de la información, apelando a su lado emocional
¿Qué conseguimos? El impacto fundamental es lograr la economía de la atención. En el contexto actual de falta de atención a los mensajes por saturación es muy importante superar problemas en la comunicación y la escucha activa. Barreras que el Storytelling pretende derribar.